martes, 12 de abril de 2011

Soñé que soñaba y resultaste ser la realidad

  Ya llevaba un par de noches sin pegar ni ojo, y aquella no iba a ser diferente. Otro día más comprobaba como el techo de su habitación le devolvía aquella sonrisa burlona sin poder dejar de mirarlo.

  El curso cada vez se veía más cerca de su final y con este el estrés que conllevaba. No solo eso le pasaba por la cabeza en ese momento, las cosas aquellos días no habían ido como ella esperaba del todo. Quizás sí, hoy se convertía en mayor de edad pero hasta aquel momento por el ritmo de vida que llevaba no se había parado a pensarlo. Como siempre ese pequeño pesimismo que le caracterizaba se encontraba allí.

  El tiempo pasaba, indicando que la mañana estaba cada vez más cerca pero seguía sin dormir. En ese momento recuerdos de estas últimas fiestas empezaron aparecer. Esas noches en la colla, en las que dejo de importar todo por unas horas, las horas de salir, de compartir el tiempo con los amigos. Aquellos amigos que un día se encontró con las manos abiertas y que día tras día seguían sorprendiéndola en el buen sentido. Recordando, una sonrisa se dibujó en su cara.

  Tal vez no sea tan malo cumplir años,- se decía a si misma sin parar de dar vueltas por la cama- aunque tengas exámenes y el agobio de fin de curso si sabes que tienes unos amigos que están ahí incluso en las malas. Tal vez los problemas son más pequeños de lo que parecen y vale la pena intentar las cosas.

  Una sensación de bienestar por fin apareció. Como decía aquella canción que una noche le enseñó una buena amiga: "¡Qué bueno respirar, sentirte vivo! “. Con este pensamiento en la cabeza al fin se durmió, con esa sonrisa en la cara que en ella tenía el poder de animar a todo aquel que está a su alrededor.

Felicidades Flori.

1 comentario:

  1. :-) tq muuuchoo
    lo acabo de leer y no entiendo como te ha salido tan bien!
    enserio...

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