jueves, 3 de julio de 2014

Microrrelatos II

Cruzar la frontera en sueños. 
Tomarse la libertad de huir tras la partida. 
Una partida que solo se plantea tras la decisión. 

lunes, 26 de mayo de 2014

Echemos una vista al pasado

Hubo un tiempo en el que esté blog se convirtió en mi forma de expresión personal. A día de hoy las obligaciones académicas y personales ya lo han derivado a un segundo lugar, o tercero, cuarto,... mejor no pensarlo.

Mirando entradas en este momento me sirve para reconocerme en los momentos y en mi evolución no solo como escritora sino como persona. Es gracioso encontrarse esas primeras entradas surgidas del paverio adolescente. Sí, eso era yo con 15 años. Me duelen los ojos solo de la faltas de ortografía, mi eterno enemigo que me sigue acompañando. Pero también fui yo con 16, 17, 18, 19, ... Un crecimiento personal como persona crítica con lo que le rodea. A veces en forma de reflexiones, otras presentándose como relatos, pero en todas ellas hay una parte de mi y mis inquietudes.

Pero no solo eso, he encontrado relatos que quizás pueden valer la pena, escribir es reescribir, aspectos para mejorar de ideas que surgieron muchas veces ante la necesidad y rapidez de presentar una historia al día siguiente porque eran deberes. De aquí un nuevo propósito para este verano de cambios: recuperar y mejorar que tengo faena.

Mi vida se presenta interesante e imprevisible en estos próximos años, de la misma manera que por primera vez en pocos meses tendré que volar de la comodidad del nido (debería plantearme relatar la aventura americana).
Quizás es buen momento para echar la vista atrás tomar aquello de provecho y olvidar parte de los pájaros que tuve en la cabeza. Pero sobre todo, es momento para seguir caminando.


viernes, 9 de agosto de 2013

Siempre preguntas

¿Qué pensarías, decidirías, tal vez te plantearías?
¿Cómo reaccionarias, actuarias, responderías?
¿Avanzarías o retrocederías?
¿Sonreirías o la ausencia te ganaría?
¿Cuándo lo aceptarías, o admitirías la realidad?
¿Volverías a ser quien fuiste?
¿Dónde te esconderías? ¿Dónde decidirías cambiar?
¿Por qué huiste antes? ¿Volverías a hacerlo?

 ¿Quién eres realmente?

viernes, 2 de agosto de 2013

Microrelatos I

Nacido del miedo por ver y creer 

tan solo dos palabras le hacían cortar el viento.


sábado, 15 de diciembre de 2012

Nuevos comienzos

- Lo siento pero usted padece “la enfermedad de los ojos de niño”. 

- ¿Y existe algún remedio para ello doctor? ¿algún tratamiento experimental? 


El silencio valió como repuesta y el pobre hombre no pudo retener más el llanto. ¿Qué iba a hacer él? Era un respetado empresario además de padre de familia. No podía aceptar que le estuviera pasando aquello a él.

“La enfermedad de los ojos de niño” se estaba convirtiéndose en el mayor temor de los adultos en los últimos años. Sus victimas podían ser cualquiera y la prevención y tratamiento eran imposibles. Era el principal motivo por el que los medios de comunicación habían optado por negarlo todo para evitar que corriera el pánico, aunque sin mucho éxito ya que las asociaciones de afectados por este mal estaban surgiendo de la nada. Sus síntomas eran sencillos e inexplicables a la vez. Se trataba de una enfermedad que hacía que el enfermo volviera a ver el mundo que le rodeaba desde la inocencia infantil que un día tubo. De manera progresiva se volvía despreocupado con sus obligaciones, dejando se ser un miembro productivo de la sociedad y viéndose apartado a una vida pasiva e infantil. No solo se trataba de un martirio para el afectado sino también para su familia, ya que se tenía que hacer cargo totalmente de este. Sin duda se trataba de la mayor desgracia para una familia de clase media que se veía obligada a prescindir de un sueldo, además de acarrear la vergüenza que suponía tener a alguien en tal situación.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Confesiones de un ser humano

Cual semilla que nace y crece parece que la vida recoge la misma metáfora, buscamos la luz de salir adelante, la luz que inunda cada parte de nuestro cuerpo dando la fuerza para seguir. Somos semillas puestas al azar en este mundo, semillas esparcidas listas para participar en la batalla que supone sobrevivir. Amontonadas en busca de la mejor opción para ellas, mirando siempre nuestro propio interés. 

En cambio, existen ocasiones en las que da que son los otros los que nos ayudan a abrir el camino hacia la vida. De esta manera nunca podemos llegar a ser del todo individuales ya que siempre se necesitará una mano amiga para salir adelante. 

En ocasiones he llegado a pensar como seria mi vida si no dependiera de nadie y quizás es esa la farsa que en ocasiones me intento creer. Ese tópico individualista del hombre o la mujer hechos a si mismos. Una idea vendida por una sociedad que extiende que el pez grande tapa al chico. Pero tampoco me gusta ser de aquellos que echan la culpa a los demás como si no tuviera que ver conmigo. 

Admito que en el papel que me ha tocado vivir nunca he hecho mi mejor interpretación. Puedo recurrir siempre al “a mi me han chafado, oh pobre de mi” sin plantearme el lado contrario. ¿Quien me dice a mí que como persona no he chafado a nadie? Incluso puedo afirmar que lo he hecho, en ocasiones involuntariamente sí, pero si lo dejara ahí no seria más que otra farsa de autocompasión mutua.

 Nos sueltan de pequeños sin mapa ni directrices en un camino en el cual dichas directrices nos van apareciendo durante la marcha. Sí, quizás volvemos al hito del hombre hecho a sí mismo, pero no. En el camino lo que aparecen son personas, amigos, familias, compañeros, profesores,… cuyo gran logro es el dejarnos ver la luz, de una manera o de otra. Personas que se convierten en un ejemplo de lo que hacer hacia los demás. De colaborar para nos demos cuenta de que no somos parte de un conjunto que se necesita mutuamente para avanzar.

jueves, 3 de mayo de 2012

Sueña e imagina

Sí, duermo con una sábana de Blancanieves y en mi cuarto tengo un cuadro del niño que no quería crecer, pero es que en los tiempos que corren una no quiere dejar de ser un poco Peter Pan. Porque ambos son personajes que han marcado la infancia de muchas generaciones, al igual que la mía.

Es por eso, que muchos hemos espiado alguna vez a nuestros juguetes para comprobar si también tenían vida como los de Andy en Toy Story o hemos querido viajar con Alicia a través de la madriguera, soñando con aquello que los films nos transmitían. Pero no solo con las películas soñábamos, también lo hacíamos todas las tardes, queriendo ser Campeones con aquellos partidos que duraban horas si llegar a la portería, o descubriendo lo divertidas que podían llegar a ser unas simples piezas de frutas, hasta el punto de que nos daba miedo comérnoslas. 

Cada generación ha tenido sus dibujos favoritos, que han traspasado las barreras del tiempo marcando a aquellos niños que se quedaban embobados ante aquellas historias. Quizás por eso me gustan tanto los dibus, incluso cuando ya he dejado de ser una niña.  Me siguen inquietando cuantos valores como la amistad o el compañerismo hemos aprendido a lo largo de nuestra vida gracias a la animación, un formato de entretenimiento que tiene más valor del que percibimos en nuestra infancia. Un género el cual se convierte en nuestro primer paso hacia la percepción de lo que es el mundo audiovisual que nos acompaña a lo largo de nuestra vida, siendo solo por eso especial. 

 Siempre queda algo de aquellos personajes o de aquellas fantasías que nos hicieron soñar en su momento y que nos hacen volver a aquellos tiempos en los que vivíamos en nuestras burbujas de alegría e imaginación. Es el motivo, por el que podemos seguir llorando como el primer día con algunas películas, viendo desde otro punto de vista para analizar aquello que en otra época desconocíamos. Es por esto por lo que recomiendo la experiencia de ver los clásicos de nuestra infancia de nuevo, porque es impresionante como aparecen nuevos puntos de vista que nos hacen idolatrar más a esas películas.

Recordemos estos valores y nunca dejemos de ser un poco como Peter Pan, aquel niño que no quería crecer, es algo que vale mucho la pena. 

Suicida sin motivos ;)