viernes, 2 de julio de 2010

Loca sociedad

Tras ya varios días sin actualizar este blog, la verdad es que ya hacía tiempo que una pequeña vocecilla corría por mi cabeza pidiéndome actualizar. Podría defender que no se ha hecho porque no ha habido cosas que contar, pero estaría mintiendo, ya que la Celestina ha sido algo que destacar, y mucho… Pero el simple motivo de no actualizar ha sido la dejadez que ha tenido lugar no solo en este blog.

Esto me ha hecho plantearme a lo largo de este tiempo el convertirme en un mero observador de esta sociedad en la que estamos incluidos queramos o no. Es bueno de vez en cuanto tomarse estos tiempos de reflexión que me han llevado a ver aspectos que a veces dejamos pasar de largo.

Hay que destacar algo. Este se trata de la individualidad a la que estamos acostumbrados en el día a día. Me refiero a ese egoísmo propio de solamente importarnos nuestras cosas, además de no pararnos en los demás, en el que me incluyo normalmente. Como ejemplo de esto pondría lo que ocurre al quedarse observando tan solo un par de segundos en una calle transitada y descubrir ese ir y venir de gente que viven sin cruzarse ni siquiera una mísera mirada. Una desconfianza por parte nuestra del que está a nuestro lado, llevando a prejuzgar antes de nada a las personas.

La ignorancia de un ser humanos, en un primer momento sociable, por todo aquello que le rodea, llevado a partir de una vida cómoda cada vez más frecuente en las grandes ciudades, donde el mérito personal parece estar por encima de todo.

Por este motivo tengo la suerte de haberme criado en un ambiente en el que esta individualidad no se encontraba tan presente. Uno de esos pequeños grupos de la afueras de la ciudad donde tenias las puertas abiertas en todos lados que me ha hecho poder observar desde un modo exterior este frecuente y nuevo fenómeno.

Un punto de observador tristemente en peligro de extinción en esta loca sociedad que parece dejar pasar el tiempo sin percatarse en este.

Suicida sin motivos